El inicio de un nuevo año suele ser un momento en el que muchas personas se marcan nuevas metas a lograr, sin embargo, la clave de la evolución profesional es ser proactivo durante la mayor parte del tiempo. ¿Cómo definir tus objetivos profesionales a corto plazo?
Qué quieres conseguir
Lo más importante, al definir una meta, es que sea objetiva, medible, temporal y concreta. Cuanto más acotas cuál es tu deseo, más fácil es elaborar un plan de acción realista para alcanzar esa meta. A partir de un objetivo abstracto, el plan de acción se torna también ambiguo.
Para planificar metas a corto plazo puedes tomar como periodo de tiempo temporal, los próximos tres meses: ¿Qué retos quieres alcanzar durante el próximo trimestre? A modo de coaching, para evitar la dispersión en la atención, es recomendable limitar el número de deseos a un máximo de tres.
Utiliza una agenda
Si no tienes el hábito de escribir en una agenda tus actividades diarias, puede ser un buen momento para comenzar a hacerlo. Se trata de un buen recurso de gestión del tiempo para visualizar de un modo más objetivo tus actividades cotidianas. Existen metas a corto plazo que pueden estar en conexión con otros retos a largo plazo. Por el contrario, también existen metas que son independientes de aquello que quieras lograr en el futuro.
Desde el punto de vista de la inteligencia emocional y de la gestión del tiempo, es positivo definir objetivos que tengan una coherencia para que ese objetivo, te ayude a acercarte todavía más a una meta importante a largo plazo. Elabora un plan de acción analizando las amenazas, las fortalezas, las debilidades y las oportunidades que plantea ese plan. Pero además, también es positivo tener la inteligencia de adaptar el plan de acción al ritmo que marca la realidad.