Cómo funcionan las franquicias

Una franquicia es una relación comercial y jurídica entre el propietario de una marca comercial (incluyendo su servicio, producto, nombre y símbolo publicitario) y un individuo o grupo que desea utilizar esa identificación en un negocio. Como ejemplos, es como si ahora quieres abrir un McDonalds, una tienda de Zara o cualquier otro negocio que está ya asentado en el mercado y tiene una imagen y nombre conocido. Existen dos tipos de franquicia, la de producto o marca comercial y la de formato de negocio.

En la forma más simple, el franquiciador es el dueño de los derechos de una marca comercial y vende estos al franquiciado, es lo que se conoce como franquicia de producto o marca comercial. En la franquicia de formato de negocio ya se complica y se necesita una relación más amplia entre ambas partes al proveer un rango de servicios entre los que se incluyen la elección de la ubicación, entrenamiento, suministro de productos, planes de marketing y muchas veces hasta se presta asistencia para conseguir financiamiento.

Cuando compras una franquicia puedes vender bienes y servicios que cuentan ya con un reconocimiento de la marca, imagen y nombre, lo que ya le ayuda a la hora de tener éxito, aunque bien es cierto que la compra de una franquicia de éxito no implica que tú vayas a tenerlo, ya que hay que hacer un estudio de mercado para saber si realmente funcionaría, igual que si crearas una empresa nueva.

El precio de las franquicias varía en función de lo reconocida que sea la marca, los servicios que preste y un montón de factores, pero puede llegar a costar miles de euros y el compromiso es por un tiempo determinado. Una vez finalizado el contrato se decidirá si se renueva o no. Es importante también saber que con una franquicias tienes que adoptar la imagen de la marca al completo, es decir, si montas una tienda de Zara, la distribución, muebles, materiales y uniformes deben ser los que hay establecidos para las tiendas sean o no franquicias.