Son muchos los factores que pueden afectar de forma negativa al nivel de motivación de los integrantes de un equipo. El trabajo en colaboración tiene numerosas fortalezas, pero también plantea distintos retos. ¿Cómo mantener este nivel de implicación a largo plazo?
1. Establecer objetivos realistas y celebrar las metas cumplidas
La descripción de una meta define la dirección hacia la que se dirige el equipo en su trabajo diario. Pero conviene no dar por hecho el significado del esfuerzo, es importante ponerlo en valor a través del reconocimiento. ¿Por qué es esencial definir las metas de forma realista? Porque son un premio al esfuerzo realizado.
2. Ser compañeros de trabajo no significa ser amigos
Una de las dificultades que puede surgir en este contexto es que no exista sintonía entre dos personas que, a pesar de ello, deben hacer el esfuerzo de tener un buen entendimiento.
3. La empresa debe fortalecer la motivación de los empleados
Un trabajador no tiene que delegar la responsabilidad de alimentar su motivación interna en agentes externos. De hecho, nadie tiene el poder de cubrir esta capacidad. Pero las empresas que se posicionan como espacios verdaderamente felices, son aquellas que crean las condiciones favorables para impulsar el desarrollo de los empleados.
4. Comunicación eficaz
No solo es importante cuidar la comunicación, sino que también conviene buscar la calidad en las interacciones. Por ejemplo, un mayor número de reuniones, no tiene por qué significar un mejor diálogo. Conviene utilizar los medios y recursos necesarios para facilitar el intercambio de información. Pero los medios deben utilizarse con un fin.
5. Capacidad de aprendizaje
El efecto de la rutina puede sentirse en la forma de vivir un nuevo reto que, a pesar de diferente, se percibe como idéntico al anterior. Cada proyecto de equipo aporta nuevas lecciones cuando la persona percibe la realidad desde la curiosidad y la observación.