En el trabajo existen roles, es decir, existen trabajadores y jefes. Sin embargo, son los jefes quienes deben dar el primer paso hacia la asertividad. En ese caso, cualquier jefe debería relajarse, todo el mundo sabe quién manda en la empresa, por tanto, no te obsesiones con demostrar constantemente, que tú tienes la autoridad. Aprende a confiar más en los trabajadores y no te coloques a la defensiva ya que no tienes de qué defenderte. El mando no tiene nada que ver con el estilo agresivo sino con el trato amable de potenciar la libertad en los demás y el trabajo en equipo.
Por otra parte, para ser más asertivo como jefe, también es adecuado encontrar el momento oportuno para decir algo importante a los trabajadores. Por ello, lo ideal es que si tienes que corregir a alguien no le pongas en evidencia delante de los demás trabajadores de la empresa. Busca un momento en el que no haya nadie más, por tanto, puedes citarle en tu despacho para hablar. Del mismo modo, los elogios también deben darse a nivel individual, de lo contrario, se pueden despertar recelos y envidias en otros compañeros de trabajo, especialmente, si siempre es la misma persona quien recibe los elogios.
Atiende las sugerencias de los trabajadores de la empresa porque puedes obtener grandes ideas. En cambio, si nunca les escuchas, al final, sentirán que no merece la pena tomar la iniciativa de compartir propuestas. Los jefes asertivos son aquellos que se forman constantemente en temas de Inteligencia Emocional para entender que el tono, la forma y el lenguaje corporal pueden producir un efecto positivo o negativo en la comunicación interpersonal. Por ello, a la hora de mejorar la asertividad, también es indispensable ser crítico con uno mismo para corregir posibles fallos.