Cuatro errores en el pequeño comercio

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Cada vez más personas son conscientes de lo importante que es el apoyo al pequeño comercio vinculando esta compra con el compromiso con un comercio que trae vida a los barrios. ¿Cuáles son los errores que pueden darse en este escenario?

Centrar toda la atención en el comercio y no en el profesional

Existen profesiones que son muy vocacionales. Y tener un negocio es una de ellas cuando observas la diferencia entre alguien que realmente disfruta con su trabajo y quien no transmite este mismo nivel de motivación. Cuando una persona decide montar un proyecto no solo debe analizar el potencial de su idea, sino también qué puede aportar él mismo al éxito de este plan.

Enfocarse en lo negativo

Es cierto que el pequeño comercio compite en un mercado con la oferta de las grandes superficies y de las tiendas online. Pero poner el foco de atención en los aspectos de vulnerabilidad distancia el punto de atención de la prioridad verdaderamente relevante: la búsqueda de la innovación.

Una innovación que muchos pequeños comercios demuestran conectando con su señal de identidad, es decir, poniendo en valor aquellos aspectos principales que identifican la importancia de este tipo de venta. Por ejemplo, el trato personalizado.

Falta de visibilidad online

Tener una página web es un ejemplo de proyecto que ofrece al pequeño comercio un escaparate permanente. Un lugar abierto al público durante todas las horas del día.

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Considerarse pequeño

El nombre de este tipo de negocio no debería llevar a engaño puesto que su verdadero significado no se mide por las dimensiones de la tienda o de la empresa situada en una calle de un barrio. El pequeño comercio lo es todo para tantas familias que generación tras generación priorizan la experiencia de compra en puntos de venta en los que las personas reciben un trato cercano. El pequeño comercio es gigante en significado.

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