La imagen que la empresa comunica de sí misma ante los clientes no siempre coincide con la percepción que los consumidores tienen de esa entidad. Esta confusión en la comunicación puede partir de errores que analizamos a continuación. ¿Cuáles son estos fallos frecuentes?
No utilizar la tarjeta de visita
Que las nuevas tecnologías ofrezcan recursos de calidad a nivel de branding no significa que deban sustituir opciones tradicionales que ofrecen buenos resultados. La tarjeta de visita es un ejemplo de soporte impreso que no pasa de moda y refuerza la identidad corporativa a través de la personalización de un diseño ligado al logotipo.
Improvisar en lugar de planificar
En cualquier ámbito del negocio es positivo tener un guión que muestra la planificación en torno a un objetivo. Esto no solo debe aplicarse al plan de negocio, al marketing, los recursos humanos o las finanzas. Sino también a la construcción de esta identidad corporativa que no es innata sino que se construye y se renueva desde la coherencia de acciones que tienen una razón de ser.
Soporte digital en exclusividad
La identidad corporativa también está vinculada con la imagen proyectada a través de recursos en soporte digital o impreso. El auge de las nuevas tecnologías y su importancia no significa que la experiencia de recursos en soporte impreso no puedan reforzar la imagen general de la entidad. Debe existir una línea estética común más allá de cuál sea el soporte elegido.
Un blog de empresa sin actualizar
Antes que tener un blog de empresa carente de actividad es mejor no tenerlo. La imagen que percibe el cliente cuando accede a una página que no se actualiza desde hace mucho tiempo es la de una empresa que no cuida del cliente (el blog es un canal de comunicación). En la misma línea, también es posible observar el fallo de tener una página web con una imagen poco actual.