Los procesos de selección son cada vez más exhaustivos y cada vez es más habitual que se aplique el eneagrama en la empresa. Explicado de una forma sencilla, conviene puntualizar que el eneagrama es una herramienta de conocimiento que explica el comportamiento y modo de ver el mundo de las personas a partir de nueve tipos de personalidad que quedan reflejados de forma numérica del uno al nueve.
Herramienta de conocimiento
El eneagrama es una herramienta de autoconocimiento fantástica y también, de comprensión de uno mismo. Es decir, cuando una persona descubre cuál es su eneatipo dominante, entonces, puede verse a sí misma bajo la óptica de una nueva luz.
Sin embargo, el eneagrama aplicado a los procesos de selección puede resultar una forma de reducir de una forma desmedida el modo de ser de un ser humano a un esquema de números que no muestran toda la grandeza personal. Es decir, conviene partir de la base de que existen grandes diferencias entre personas que tienen un mismo eneatipo. Es un error deducir el rendimiento profesional de una persona a partir de la deducción de un número. Tratar así al ser humano es tratarle como si fuese una máquina o una fotocopia de un mismo modelo.
El uso ético del eneagrama
Para lo que sí ayuda mucho el eneagrama es para trabajar en equipo entendiendo el modo de ser de otra persona y cuáles son sus necesidades concretas. Aquella persona que ejerce de líder puede aportar mucha felicidad y armonía al grupo si comprende las necesidades concretas de cada uno, ya que de esta forma, la motivación también aumenta.
El eneagrama ayuda a comprender la diferencia dentro de un mismo equipo y a respetarla, mejorando la comunicación y entendiendo cuál es la posición entre uno y otro. Ningún número del eneagrama es mejor o peor que otro, cada número tiene sus fortalezas y debilidades.