¿El éxito empresarial causa calidad de vida?


Siempre que se habla de éxito, se imagina a una persona bien posicionada socialmente y con buenos recursos económicos gracias a un negocio destacado. Tener éxito en el trabajo no es nada fácil, sin embargo, dicha sensación de felicidad es verdadera sólo cuando aporta calidad de vida. Es decir, un emprendedor de éxito es aquel que es feliz con la vida que ha elegido.

Sin embargo, muchas personas brillantes en los negocios cometen el error de invertir mucho tiempo en el trabajo y dejar de lado el ámbito personal. De este modo, pronto surgen los conflictos en el hogar, la sensación de fracaso y de vacío.

De debe aprender a trabajar poniendo en armonía y en equilibrio los planos: trabajo y vida personal. De lo contrario, se corre el peligro de tapas muchas frustraciones y carencias personales a través de los éxitos laborales. Sin embargo, las carencias no se solucionan por el hecho de taparlas y tarde o temprano salen a la luz. Por ejemplo, en las vacaciones de verano cuando el tiempo de ocio adquiere un protagonismo propio.

El verdadero concepto del éxito no reside en haber alcanzado metas muy elevadas y desmedidas sino en estar contento con aquello que has conseguido. Además, una empresa dirigida por una persona feliz, implica que los trabajadores de dicha empresa también se sentirán mucho mejor en la jornada laboral porque la actitud es mejor, la predisposición a la comunicación y al compañerismo también es mucho mayor.

Por otra parte, a veces, también se asocia el éxito laboral con la admiración de los demás. Así sucede, por ejemplo, en el caso del prestigio social y la fama. Sin embargo, la verdadera felicidad no necesita del brillo social sino que brota de tu interior. Cualquier empresario podría marcarse la meta de pasar el fin de semana con la familia.

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