Vive el momento: este es un lema muy habitual en los libros de autoayuda y de pensamiento positivo. Sin embargo, la filosofía del carpe diem también tiene mucho sentido en el contexto laboral actual donde la incertidumbre es una realidad. Es una obligación prácticamente impuesta por las circunstancias externas, aprender a vivir este instante, sin pensar en qué pasará dentro de seis meses porque la vida laboral, marcada por constantes despidos y cambios en las empresas, cambia a velocidad de vértigo. La filosofía del carpe diem te permite sacar un rendimiento mucho mayor a la rutina porque te concentras en aquello que tienes ahora. Pero además, valoras mucho más tu realidad porque estamos en una sociedad que no nos permite acomodarnos.
Las personas funcionarias son aquellas que en un primer momento, tienen un espíritu de la vida en el que buscan, principalmente, la comodidad de tener un futuro asegurado. Sin embargo, la cultura emprendedora tan dominante en Estados Unidos por ejemplo, muestra que la felicidad reside también en la capacidad de cambio que le hace salir a una persona fuera de su área de confort. Por otra parte, la filosofía del carpe diem también tiene que ver con una adecuada gestión del tiempo.
Conviene empezar el día por aquellas actividades que suponen mayor esfuerzo, madrugar para poder llegar puntual y con energía a la oficina. También conviene que analices aquellos gestos de la rutina que te distraen y que te hacen perder tiempo, con el objetivo de eliminarnos y ganarle la batalla al reloj.
Además, en la vida en general, es indispensable tener un orden de prioridades porque no se puede llegar a todo. Por ello, selecciona tus objetivos para tener también tiempo y espacio para el descanso y para disfrutar del tiempo de ocio. Tener una agenda organizada es una buena opción.
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