Muchas empresas contratan los servicios de un cliente misterioso, también conocido como incógnito. Es un comprador cuyo rol está orientado a evaluar la calidad de la atención que ha recibido por parte del profesional en el puesto de venta. En esta experiencia de compra que en su proceso se presenta como totalmente normal, el cliente misterioso evalúa distintos factores de la organización.
Factores que evalúa el cliente misterioso
Si el número de profesionales que trabajan en la tienda es el adecuado para el volumen de trabajo o, por el contrario, surge un largo tiempo de espera. Conocimiento que el profesional tiene sobre los productos del catálogo ofreciendo un asesoramiento personalizado. El cliente misterioso también valora factores de un buen comercial, como por ejemplo, la amabilidad y la disposición para cerrar una venta. Conviene puntualizar que la información obtenida a través de las organizaciones por medio de este sistema tiene una finalidad positiva, por ejemplo, potenciar la carrera de aquellos profesionales con altas competencias. También es básico para identificar fallos de ventas y poder solucionarlos a través de un plan de acción específico.
Para qué sirve esta técnica
A través de esta técnica, la empresa conoce su organización desde otro punto de vista: el del consumidor en su experiencia de compra. Una experiencia que puede ser agradable y satisfactoria, o por el contrario, mostrar puntos negativos concretos. Existen profesionales de la venta que muestran una actitud distante e impersonal. Una buena habilidad de quien ejerce un trabajo de atención al cliente es presentarse.
Cualquier empresa, incluso las pymes, pueden solicitar un servicio de este tipo y también es muy importante la colaboración de la dirección de la organización para utilizar esta herramienta con una finalidad constructiva. La idea del cliente misterioso suele producir cierta inquietud en los trabajadores porque supone una evaluación.