La comunicación es uno de los pilares más importantes en la empresa. Aprender a decir no es una de las cosas que más cuesta a la mayoría de las personas. La técnica del sándwich es especialmente efectiva para ello. Muestra la estructura de la comunicación en tres pasos: introducción del mensaje, contenido principal de la idea (tesis fundamental) y cierre de tu argumento.
Mensaje expresado en tres partes
La técnica del sándwich consiste en encontrar el equilibrio de no dar un no rotundo y cortante a la otra persona sino compensar el mensaje con algún punto positivo de la propuesta y cerrando el argumento con un mensaje positivo del tipo: «gracias por tu planteamiento», «tal vez sea posible en otra ocasión». No se trata de dar rodeos y mil preámbulos que justifiquen tu negativa sino de expresar tu punto de vista de un modo asertivo.
También puedes aplicar la técnica del sándwich enlazando la propuesta que te ha hecho el interlocutor, continuando con tu propio punto de vista y planteando posibles soluciones.
Un ejemplo práctico
Imagina que trabajas como autónomo y uno de tus clientes habituales te pide una entrega urgente para hoy mismo. En ese caso, puedes decirle: «Me gustaría poder hacerme cargo de la tarea pero hoy me resulta imposible hacerlo, si le interesa, podría entregárselo en dos días». La técnica del sándwich es especialmente útil en este tipo de situaciones en las que quieres plantear una opción B y no quieres cerrar una puerta que se cierra de un modo más tajante cuando la persona se posiciona en el «no».
El sándwich se convierte en la metáfora visual para explicar este tipo de comunicación en tres partes en el que el contenido principal del mensaje se encuentra, al igual que ocurre en esta receta, en el interior.