Cada persona tiene un momento en el que se siente especialmente bien e inspirada para trabajar. Aquellas personas que llevan muy mal madrugar, necesitan un tiempo de adaptación a la rutina para ser ellas mismas. Pero existen personas que se sienten mucho más cómodas al atardecer, es allí cuando despliegan su genio interior y su creatividad. Así lo muestra un estudio que ha sido llevado a cabo por la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres.
Resultados de este estudio
Este estudio muestra que las personas que tienen un alto cociente intelectual y realizan un trabajo creativo trabajan mucho mejor de noche y se van a dormir más tarde. Sin embargo, las personas que tienen un menor cociente intelectual prefieren suprimir actividades en su día a día, para tener una mejor organización, madrugar más e ir a dormir más temprano.
Sin embargo, también existe un aspecto más negativo. Las personas que tienden a dormir más tarde también son más propensas a sufrir depresión y otro tipo de adicciones respecto a aquellas personas madrugadoras que tienen una rutina marcada.
El ritmo biológico
Existen pocas personas que se pueden permitir tener su propio horario de trabajo, es decir, tienen que adaptarse a las circunstancias de la empresa. En el caso de que un trabajador sí pueda tener flexibilidad de horario, es positivo que se conozca a sí mismo y marque el horario pensando en cuáles son sus momentos de máxima lucidez.
Además, pese a los resultados de este estudio, la experiencia práctica muestra a cualquier persona que aprovechar la mañana es muy importante para poder exprimir el día al máximo. De lo contrario, el trabajador puede terminar reduciendo toda su rutina al trabajo.
Por otra parte, aunque este estudio habla sobre el cociente intelectual conviene recordar que la inteligencia emocional también es muy importante. Y el descanso es salud.