Existen obstáculos salvables en el emprendimiento. Pero algunas dificultades pueden adquirir una magnitud tan negativa en el contexto del proyecto, que el propietario no tiene otra alternativa que valorar el cierre. A continuación, enumeramos seis obstáculos frecuentes que pueden generar este impacto.
1. Un alquiler muy elevado
Hacer frente a la suma de los distintos gastos necesarios para el desarrollo de la actividad puede convertirse en un verdadero reto mensual. El precio del alquiler es una de las cantidades más significativas. Cuando la cuantía es excesivamente alta, puede propiciar el cierre del local o el cambio a otro lugar. En ese caso, es recomendable mantener una conversación con el propietario del local para valorar la posibilidad de concretar otras condiciones.
2. No existe relevo generacional
Algunos negocios han escrito una historia de éxito en el entorno en el que se integran. Son un lugar de encuentro para los vecinos que se despiden con tristeza de ese establecimiento que les resulta tan familiar. Han recibido un trato cálido y cercano por parte del profesional. Sin embargo, el momento de la jubilación marca un punto de inflexión en el futuro de muchos pequeños negocios que cierran sus puertas cuando no existe un relevo generacional que dé continuidad al camino emprendido con anterioridad.
3. Periodos prolongados en los que las ventas caen
Es habitual que algunas temporadas se alineen con un incremento en la actividad. La mejor época del año no es la misma para todos los proyectos. El interés de un producto también depende del contexto. ¿Pero qué ocurre cuando la dificultad para llegar a final de mes se prolonga durante un ciclo amplio?
Es una situación que puede producir un estrés emocional y una tensión financiera. En un escenario de estas características, el cierre se presenta como la solución definitiva tras haber implementado diferentes alternativas que no han solucionado el problema. Y los periodos de temporada alta no compensan los números negativos alcanzados en otros meses del año.
4. Dificultades entre socios
Cuando la relación entre los socios muestra el impacto de numerosos conflictos que se cronifican en el tiempo, la propia gestión del negocio se resiente. No existe una verdadera relación de ayuda y colaboración entre las partes. Por el contrario, crece la dificultad para alcanzar acuerdos y mantener conversaciones sobre temas importantes. En ese caso, el cierre del negocio puede percibirse como un modo de finalizar el vínculo profesional mantenido hasta entonces.
5. Negocios del sector que destacan ante el público objetivo
La competencia es positiva en el plano de los negocios. Es un aliciente para impulsar el proyecto con una excelente campaña de marketing, una propuesta de valor perfectamente definida y una experiencia de compra cómoda. ¿Pero qué ocurre cuando otros nombres del sector destacan ante los compradores? La viabilidad de una idea y su evolución a largo plazo dependen, en gran medida, del apoyo del público objetivo. Cuando un comercio tiene pocos clientes habituales, se encuentra en una situación difícil.
6. Estancamiento
Un negocio próspero puede dejar de serlo en cualquier momento. Con frecuencia, ese punto de inflexión no es repentino, sino gradual. Mientras que el equipo sigue repitiendo el esquema que ha dado buenos resultados hasta entonces, el entorno cambia. Y el negocio debe adaptarse a nuevas tendencias y necesidades. Pero no todos los emprendedores dan con la fórmula de la actualización y la reinvención.
Por ello, el estancamiento es una dificultad que deriva en el cierre del negocio cuando la situación se prolonga a lo largo de los años. Por ejemplo, quizá el proyecto no ha posicionado su oferta en Internet y no cuenta con un buen nivel de visibilidad ante la audiencia.