El hombre es un ser humano, no una máquina que puede actuar de forma automática con solo pulsar una tecla. El ser humano tiene que hacer grandes esfuerzos cuando no se encuentra bien en el plano personal, para poder dar lo mejor de sí mismo en el trabajo. Una preocupación te resta energía, te causa sufrimiento, dolor y miedo. Pero además, las preocupaciones son tales porque tu mente da vueltas y vueltas sobre el mismo tema sin poder desconectar. Ante esta situación emocional, el trabajador tiene que hacer grandes esfuerzos para aprovechar al máximo la jornada laboral. Pero por mucho que quiera, nunca será al cien por cien.
La situación personal afecta mucho a la situación laboral, sencillamente, porque en la vida ambos ámbitos tienen mucho peso en relación con la felicidad. Y no son compartimentos absolutamente independientes. Cuanto mejor estás en tu trabajo, mejor te sientes con tu pareja y con tus relaciones sociales y también, cuanto más integrado estás con tus seres queridos, más ilusionado acudes a la oficina.
La mente humana necesita tranquilidad, seguridad y bienestar para poder desarrollar la creatividad. Sin embargo, mucha gente se preguntará por qué justamente en una situación de crisis vital, muchos artistas desarrollan su máxima capacidad creativa. Lo cierto es que el dolor, también te conecta con partes muy positivas de tu yo más profundo, sin embargo, cuando alguien arrastra un periodo de malestar durante un tiempo prolongado, lo único que necesita es recuperar el equilibrio para poder trabajar en paz y en armonía con uno mismo y con el entorno.
Un día que te levantas con buen sentido del humor, es el inicio de un día fantástico en la oficina. En cambio, cuando sucede a la inversa, hay que tener cuidado, prudencia y pensar que mañana será mejor.