No todos los trabajadores de una empresa son iguales, sencillamente, porque ninguna persona es una fotocopia de otra. Pues bien… ¿Qué puntos positivos se valoran en los trabajadores de una empresa? En primer lugar, la puntualidad, el hecho de empezar el día a tiempo. Es mucho mejor que en caso de que un día tengas un imprevisto resulte sorprendente el hecho de que llegues algo más tarde, que no que el jefe siempre se acostumbre a tu tardanza que es síntoma de falta de compromiso y de responsabilidad.
Del mismo modo, también es fundamental invertir más tiempo del necesario en momentos puntuales. Por supuesto, no debe convertirse en una dinámica general, pero no pasa nada por ayudar algo más en caso de que sea necesario. En tiempos de crisis, la generosidad también se valora.
Por otra parte, hoy día, en la empresa se valora más que nunca a las personas que son capaces de trabajar en equipo, que tienen empatía, ilusión por poder aprender de los demás, que son capaces de resolver conflictos sin dejarse llevar por el orgullo… Además, también se valora mucho a aquellas personas que creen en su talento y son capaces de proponer nuevas ideas o sugerencias. En definitiva, la actitud proactiva es un plus que es contrario a la pasividad que termina convirtiendo a una persona en invisible.
El modo de ser es el complemento de la formación profesional. En este sentido, es importante que seas una persona discreta y prudente que sabe guardar en privado los asuntos de la empresa y las conversaciones que se producen en la oficina. Detrás de todo buen trabajador también debe existir una buena persona y es que, el mundo de la empresa, también está cargado de relaciones interpersonales, de comunicación y de expectativas.