En el comercio pueden producirse conflictos entre los negocios y los consumidores. Sin embargo, el riesgo de llevar una causa por vía judicial significa tiempo y complejidad en el proceso. Con este propósito de buscar soluciones a las diferencias existentes nace el arbitraje de consumo que es un procedimiento adecuado para resolver una causa. Este es un método de resolución de conflictos en el que un tercero determina la solución definitiva de lo ocurrido. Además, desde el punto de vista económico, este es un servicio gratuito en la mayoría de las ocasiones.
Método de resolución de conflictos
Para ello, las empresas tienen que adherirse a esta posibilidad. A su vez, esta medida eleva la credibilidad corporativa ante el consumidor puesto que el cliente es consciente de que si se produce algún tipo de desencuentro es posible recurrir a esta vía como una puerta de solución. Eso no significa que todos los casos de consumo que se presentan en este contexto puedan ser solucionados mediante esta fórmula. Aquellos negocios que participan de esta fórmula pueden mostrar el distintivo correspondiente en su establecimiento.
Los conflictos suponen un importante desgaste no solo para las personas sino también para las empresas. Por ello, los sistemas alternativos a la vía legal suponen una puerta para simplificar un proceso que también tiene un coste emocional para el consumidor. A su vez, los pleitos que se dilatan en el tiempo también son agotadores para la organización.
Cómo presentar el abitraje de consumo
Algunas de las características que ponen en valor este método de resolución de conflictos es que esta técnica resulta sencilla de tramitar y de formalizar. El proceso de arbitraje comienza con la presentación del impreso en el que constan todos los detalles de esta causa con la documentación correspondiente. Una vez que la petición ha sido aceptada comienza el protocolo.