Si llevas ya un tiempo dedicándote al mundo del marketing online, es muy probable que ya sepas qué es y cómo se calcula el ROAS, puesto que se trata de una de las métricas fundamentales para controlar si la inversión publicitaria que se está llevando a cabo está funcionando o no.
A pesar de que hay otras muchas métricas que se pueden controlar cuando se pone en marcha una campaña publicitaria, el ROAS ha ganado mucho peso en los últimos años y es una de las que más se suelen revisar a la hora de determinar si merece la pena incrementar o reducir el presupuesto asignado. A continuación te explicamos por qué.
Definición de ROAS
Empezamos por la definición pura y dura, la que nos enseñarían en cualquier escuela de marketing digital. El ROAS (Return On Advertising Spend) no es otra cosa que el retorno de la inversión publicitaria, algo que sin duda alguna nos ayuda a medir si una campaña está siendo verdaderamente rentable o no.
Cálculo del ROAS
Una vez conocida su definición, toca ponerse manos a la obra con la fórmula que nos permite obtener el retorno de la inversión publicitaria:
ROAS = Ingresos por ventas / Inversión publicitaria x 100
El resultado nos permite saber si como mínimo hemos recuperado la inversión publicitaria, o si por el contrario hemos invertido más dinero en publicidad del que hemos obtenido en forma de ingresos.
Ejemplo de ROAS
Imagina que hace un mes pusiste en marcha una campaña en Google Ads por la que has decidido invertir alrededor de 1.000 euros. Si cuando llegas a esa cantidad de presupuesto has logrado generar con dicha campaña un total de 4.000 euros, el resultado del ROAS es muy fácil de conseguir. Simplemente debes poner en práctica la fórmula mencionada en el anterior apartado:
ROAS de la campaña de Google Ads = 4.000 euros / 1.000 euros x 100 = 400%. Eso significa que por cada euro que estás invirtiendo en esa campaña de Google Ads se generan 4 euros de ingresos.
¿Qué ROAS es el más recomendable?
Como podrás imaginar, no existe un ROAS ideal porque todo depende del margen de beneficio que tengas con los productos que comercializas. Si tu margen es del 5% necesitarás que el ROAS sea lo más elevado posible para generar beneficios, algo que no sucede cuando cuentas con un margen del 50%, ya que en ese caso no tienes la necesidad de generar tantos ingresos para ver beneficios. Por ello, en este segundo caso te puedes conformar con un ROAS más bajo, algo que debes aplicar con cabeza a tus campañas de Google Ads o Facebook Ads exigiendo más o menos ROAS sin sobrepesar la línea que hace que tu negocio deje de ser rentable.
Por poner un ejemplo, no es lo mismo tener unos gastos variables de 3.500 euros al generar unos ingresos de 4.000 euros que tener unos gastos variables de 500 euros al generar unos ingresos de 4.000 euros. En el primer escenario estás perdiendo dinero (4.000 euros de ingresos – 3.500 de gastos variables – 1.000 euros de publicidad = -500 euros). En el segundo caso, en cambio, estás generando beneficios, si bien es cierto que también hay que tener en cuenta los gastos fijos (4.000 euros de ingresos – 500 euros de gastos variables – 1.000 euros de publicidad = 2.500 euros).
¿Qué es el ROI?
Lo que acabo de comentar es lo que se define como ROI, que es el retorno de la inversión en el que no se calculan los ingresos brutos, sino que se toman como referencia los ingresos netos. Su cálculo es el siguiente:
ROI = (Ingresos por ventas – Inversión publicitaria) / Inversión publicitaria x 100
Así las cosas, el ROAS puede ser suficiente para saber si una campaña publicitaria está generando buenos resultados, pero el ROAS nos dice si realmente estamos ganando dinero con ella, ya que podemos contar con un mix de productos con márgenes de beneficio distintos que hace que la rentabilidad oscile.