La negociación forma parte del plano laboral de muchas personas. Sin embargo, para quitar peso a esta palabra que puede generar mucha presión sobre uno mismo, merece la pena ganar confianza asumiendo que en realidad ya tienes experiencia en el plano de la negociación a través de la práctica del día a día en el plano personal. Se llega a acuerdos en la pareja, en la relación con los hijos, con los amigos…
A la hora de entablar una negociación también interviene el carácter del negociador. Por ello, en caso de encontrarte con una persona intransigente que se toma cada negociación como una batalla que no quiere perder a ningún precio, entonces, puedes sentirte más tenso e incómodo. Por tanto, el primer paso para negociar con un intransigente es entender su modo de ser que se ve reflejado en su juego y en cada iniciativa. De este modo, lo que nunca debes hacer es mostrarte intimidado por su carácter sino seguro de ti mismo. En cada propuesta que él haga debes tener preparada una respuesta. Para ello, tómate unos segundos antes de hablar. Y habla despacio para tener más tiempo de reacción.
Además, también debes tener mucha cautela en la información que das a conocer para que luego, no pueda ser utilizada en tu contra. El carácter de una persona intransigente es poco confiable, por tanto, mucho mejor tener prudencia. Aporta datos objetivos que quieras dar a conocer. Una forma de marcar los límites a una persona intransigente es la idea de una posible retirada.
En el momento en que digas que estás pensando en retirarte, puede que el otro se muestre más amable contigo y receptivo para colaborar y llegar a un acuerdo. En caso de que la situación se complique y haya tensión en el ambiente es posible solicitar la colaboración de una tercera persona que tenga la función de mediadora. Por supuesto, nunca debes tomarte como algo personal el comportamiento de alguien intransigente.