El desempleo de larga duración que deriva en el malestar físico y emocional del desempleado atraviesa diferentes fases que hoy, analizamos en Empresariados.
Fase de confianza
Existe una primera fase en el desempleo que es la de la confianza en la posibilidad de encontrar un trabajo a corto plazo. En muchas ocasiones, tras un despido laboral, la persona se toma esos primeros días como unas pequeñas vacaciones a modo de descanso antes de iniciar la búsqueda de empleo. En esta etapa, la persona disfruta de sus relaciones sociales con normalidad.
Primeros síntomas negativos
La confianza poco a poco puede ir desapareciendo cuando la persona descubre que no encuentra un empleo a corto plazo. Y además, recibe información negativa sobre la crisis a través de los medios de comunicación. En esta etapa, surgen los primeros síntomas de desánimo como la falta de autoestima, inseguridad en uno mismo y sentimiento de culpa.
A nivel físico, es posible experimentar algunas molestias vinculadas con el nerviosismo que tiene el organismo por esta situación de incertidumbre. Vivir bajo presión es difícil, todavía más, cuando quien está en búsqueda de empleo puede tener incluso dificultades para conciliar el sueño.
La fase de apatía
Esta fase es la más preocupante porque muestra una falta de motivación absoluta por el presente. Algunos parados se sienten invisibles a nivel social, poco valiosos porque han perdido su sensación de validez por no tener una ocupación.
Estas tres fases, se producen de una forma gradual y no quiere decir que aquella persona que atraviesa la primera fase vaya a caer en las siguientes de forma necesaria porque no se trata de una relación a modo de causa y efecto. Es decir, cuando una persona toma conciencia del punto en el que está puede hacer algo para avanzar. Lo ideal, cuando alguien se encuentra en la etapa de apatía, es hacer un proceso psicológico.