Existen distintas formas de ofrecer incentivos a los trabajadores. Las empresas también pueden ofrecer estas ventajas a través de viajes. ¿Cuáles son los objetivos fundamentales de los viajes de incentivos?
Afianzar el equipo de trabajo
En ocasiones, en el contexto profesional, se producen diferencias de criterio y discusiones que pueden dar lugar a malos rollos que bloquean la productividad profesional. A través de la experiencia de un viaje, una empresa crea un contexto diferente al habitual para dar lugar a vivencias diferentes de equipo. En un ámbito de ocio que es diferente al marco de competitivad laboral de la jornada cotidiana. Estos viajes están integrados por actividades de team building.
Premiar el esfuerzo de los trabajadores
Un viaje de incentivos también puede ser una respuesta a modo de causa y efecto con la que premiar el trabajo del equipo en el cumplimiento de un proyecto. Estos premios elevan la motivación profesional. Sin embargo, como ocurre en cualquier tipo de circunstancia, es muy posible que esta forma de incentivo no sea la favorita de todos los empleados.
Reducir el estrés
En la jornada de trabajo se producen situaciones de estrés y ansiedad. Y sin duda, la experiencia de un viaje aporta la ilusión de la libertad de una escapada, antes de que lleguen las próximas vacaciones de verano. El viaje reduce el estrés. Sin embargo, a algunas personas también les puede estresar la idea de viajar en compañía de sus compañeros de trabajo. Esto incomoda, especialmente, a quienes les gusta diferenciar constantemente entre vida personal y el ámbito profesional.
Los viajes de incentivos tienen una programación concreta de actividades orientadas a fomentar el espíritu de equipo, las emociones agradables, el pensamiento positivo y la autoestima de los integrantes que se sienten unidos por la identidad empresarial de la que forman parte.