Tener un buen empleado es mucho más complejo que dar con una persona que tiene un currículum impresionante, de hecho, existen personas que tienen una formación excelente y no tienen suerte porque tienen un carácter insoportable para trabajar en equipo. ¿Cuáles son los tres tipos de empleados que ningún jefe quiere tener?
En primer lugar, “el sabe lo todo”, es decir, el que considera que está por encima del bien y del mal, tanto que no necesita consejos de ningún tipo. Este tipo de empleados llevan muy mal ser mandados pero en realidad, tampoco son personas que puedan ser potenciales buenas jefas en tanto que para mandar también hace falta inteligencia emocional y humildad. Este tipo de personas puede que haya contado con un entorno poco favorecedor que ha alimentado demasiado su vanidad.
Otro empleado muy tóxico en la empresa es el víctima: él nunca es responsable de nada sino de las circunstancias, siempre busca la responsabilidad de sus actos fuera. Es incapaz de practicar la comunicación asertiva porque no se pone en la posición de igualdad respecto de los demás sino en situación de inferioridad. Por ello, parece una persona indefensa que busca el amparo de un protector. Esta actitud no refleja para nada la capacidad de un adulto de hacer frente a los problemas.
Para finalizar, existe otro tipo de empleados que no quiere tener ningún jefe: el escéptico. Este tipo de personas, como indica su propia palabra, no creen en nada: desconfían del método de trabajo, no creen en la suerte de un proyecto, no ven con buenos ojos al jefe ni tampoco, a los compañeros de trabajo. Están ahí, sin estar plenamente porque cuando alguien desconfía de todo, en realidad, no está a pleno rendimiento. Un trabajador, para rendir, tiene que confiar en el entorno y creer también, en sí mismo.