Una empresa puede tener distintas delegaciones y esto afecta a algo tan básico como la gestión de tesorería. En estos casos, la centralización produce numerosos beneficios. Uno de los más importantes, es el control de la toma de decisiones de tesorería a través de la gestión en la sede central.
Beneficios de la tesorería centralizada
El objetivo principal de esta centralización es la unificación en la toma de decisiones y objetivos de los aspectos de tesorería referentes a todas las delegaciones de la empresa. De este modo, existe una coherencia y una entidad en la gestión. Una de las ventajas para el negocio es que se produce un mejor uso de los recursos financieros gracias a la optimización de los medios disponibles a través de la reducción de los costes y el aumento del control desde la sede central.
Este tipo de gestión de tesorería mejora la imagen corporativa desde el punto de vista bancario. La centralización remite a aspectos importantes como los datos informativos, las decisiones de gestión y las finanzas.
Efecto de la tesorería centralizada
Este tipo de gestión de tesorería es muy productivo para la empresa, pero también es complejo. Al aplicar este tipo de tesorería al negocio se produce un impacto en la estructura organizativa de personal de la empresa puesto que al pasar todas las decisiones a la sede central, deja de existir un director financiero en cada punto de la delegación.
Esto produce la ventaja de una mayor especialización en la toma de decisiones, sin embargo, también tiene el inconveniente de que, en algunos casos, los responsables tienen que decidir sobre aspectos importantes sin tener una interacción directa con los agentes implicados en esas situaciones. Por tanto, antes de centralizar una empresa, en primer lugar, conviene analizar todo aquello que suma este tipo de tesorería y aquello que resta.