El impacto del fracaso no produce el mismo efecto a largo plazo en todas las personas. En ocasiones, los resultados no deseados se convierten en una fuente de aprendizaje para emprender próximas iniciativas en el mundo de los negocios. ¿Cómo poner en perspectiva el camino previo y obtener frutos valiosos en forma de conocimiento y experiencia? En Empresariados compartimos seis consejos.
1. Analiza tu responsabilidad en las decisiones que han propiciado la situación
Existen factores del fracaso que pueden estar relacionados con cuestiones del entorno o el azar. Pero para que esta experiencia te aporte un aprendizaje verdaderamente valioso, es esencial poner el acento en las decisiones personales. Es decir, reflexiona sobre los pasos y las consecuencias que han derivado en los resultados señalados. ¿Hay algo que hubieses podido hacer de otro modo? ¿Hay alguna alternativa que no contemplaste en la práctica? ¿Qué te gustaría modificar si tuvieses la oportunidad?
2. Autodiálogo positivo en torno al fracaso empresarial
Muchos profesionales hacen frente al fracaso empresarial en algún momento de su carrera. En ese escenario, puedes sentirte especialmente vulnerable. Más allá del grado de formación o la experiencia adquirida en el ámbito de los negocios, surge el peso de la derrota. Y ese escenario exterior puede tener su reflejo en el diálogo interno que, en ocasiones, adquiere un tono excesivamente negativo. Así sucede cuando un profesional se culpa y se castiga por lo que ha sucedido. Por el contrario, un autodiálogo positivo es clave para alimentar el aprendizaje, la autoconfianza y la seguridad.
3. Evolución, flexibilidad y adaptación
Uno de los riesgos del fracaso empresarial es permanecer estancado en preguntas que hacen referencia a lo que pudo ser pero, definitivamente, no sucedió como se esperaba. Los objetivos no deseados producen emociones desagradables. Es decir, sitúan al profesional en un escenario incómodo. Pero el nivel de incomodidad aumenta cuando la persona permanece más tiempo del necesario en ese mismo contexto. Es decir, la dimensión del fracaso puede prolongarse y multiplicarse a través del recuerdo constante que lleva a revivir una y otra vez lo que ha pasado. En definitiva, es importante evolucionar, ser flexible y fomentar la adaptación al cambio.
4. Date tiempo para asimilar y poner en perspectiva lo ocurrido
Las lecciones en torno al fracaso empresarial pueden seguir alimentándose incluso cuando han pasado meses y años de aquella experiencia. Hay que tener en cuenta que la fecha del calendario imprime una perspectiva determinada a un suceso que puede tener un tono dramático cuando se analiza a corto plazo, pero que tiende a relativizarse cuando se observa con más distancia. Escribe tus reflexiones, al menos, aquellas que consideras más significativas y relevantes. Si no lo haces, tal vez olvides algunas de las lecciones más importantes que puede brindarte la experiencia del fracaso empresarial (o quizá no profundices en los aspectos más decisivos).
5. Qué límites, debilidades y carencias has descubierto en ti mismo
Un fracaso empresarial es una experiencia incómoda, sin embargo, tiene mucho que ofrecer en relación con el autoconocimiento. Así sucede cuando el profesional afronta el proceso como una oportunidad para conocerse todavía más a sí mismo. Pues bien, es probable que en este escenario tomes conciencia de algunos límites, debilidades y carencias que quizá han pasado más desapercibidos en etapas anteriores. Por ejemplo, quizá llegues a la conclusión de que quieres formarte para ampliar tu conocimiento en un área específica de la empresa.
6. Integra lo ocurrido en tu propia historia profesional
Ten en cuenta que lo que ha pasado también puede convertirse en una oportunidad para diferenciarte por medio de tu talento y tu resiliencia. Sigue adelante para adquirir grandes lecciones a partir de los datos que has alcanzado (aunque se distancien de aquello que habías previsto).