Aunque trabajar en equipo es un requisito esencial en tantos proyectos y puestos de empleo, no todos los profesionales se sienten verdaderamente cómodos en este contexto. De hecho, algunas personas prefieren trabajar solas de forma independiente. A pesar de ello, más allá de las preferencias personales de empleados o emprendedores, trabajar en equipo se convierte en una prioridad en numerosas ocasiones. ¿Cómo trabajar en equipo cuando no te gusta, no te sientes cómodo o prefieres evitarlo? En Empresariados compartimos seis consejos.
1. Confía en el líder y sigue sus indicaciones
Existe una figura que unifica a todo el equipo en su conjunto: el líder. Su papel es clave para avanzar hacia el cumplimiento de logros y metas comunes. Por ello, ten en cuenta sus indicaciones, consejos y recomendaciones. Aplica el valor de la confianza en diferentes direcciones: confía en ti mismo, en tus compañeros, en el líder y en el potencial del equipo en su conjunto.
2. Ocúpate de tus funciones y tareas
La dinámica del trabajo en equipo muestra cómo existen diferentes variables que están interconectadas en la práctica. Aunque el principio de la colaboración sea tan relevante en este escenario, también desarrollas tu propia autonomía cuando te ocupas de las tareas y funciones que te han asignado en un proyecto.
3. Convierte el reto del trabajo en equipo en una oportunidad para el aprendizaje
Si no te gusta trabajar en equipo o prefieres evitarlo, puede que no te sientas muy cómodo al tener que superar el proceso. Sin embargo, el modo en el que afrontas este camino puede marcar una diferencia significativa en el proyecto en sí mismo y en tus emociones. Como seguro que has comprobado en tu carrera profesional, el aprendizaje es un ingrediente indispensable en el contexto laboral. Pues bien, el propio trabajo en equipo se convierte en un espacio de aprendizaje eminentemente práctico. Por ejemplo, un compañero con más experiencia puede convertirse en un buen mentor al que admirar.
Además, también puedes sentirte acompañado en momentos difíciles puesto que todos los integrantes del proyecto están implicados en el mismo escenario. El trabajo en equipo también es una buena oportunidad para superar creencias limitantes. Algunas personas prefieren trabajar solas porque delegan con dificultad. Sin embargo, el trabajo en equipo muestra cómo el esfuerzo, la implicación y la colaboración de distintas personas que trabajan en la misma dirección pueden dar frutos muy valiosos.
4. Participa de forma activa en las reuniones de equipo
No adoptes un papel secundario en aquellos procesos que se enmarcan en el trabajo en equipo. Participa de forma activa en las reuniones: llega con puntualidad, aporta tus ideas, refuerza positivamente las aportaciones de otros compañeros…
5. Céntrate en las metas diarias y semanales: el valor del corto plazo
Si no te gusta trabajar en equipo, puede ocurrir que des muchas vueltas en torno a tu futuro profesional analizado desde la insatisfacción que te produce la situación actual. Si quieres que tu realidad sea distinta, implícate para impulsar cambios significativos. Pero es aconsejable que estés más atento al corto plazo por medio de aquellas metas y objetivos diarios y semanales que te ofrecen una ocupación más inmediata.
6. Trasciende más allá del individualismo y busca el éxito compartido
Hay diferentes obstáculos que interfieren en el óptimo desarrollo del equipo. En ocasiones, los obstáculos son internos como ocurre, por ejemplo, con el ego, la vanidad, el miedo a quedar eclipsado ante el talento ajeno… Trasciende más allá de tu perspectiva individual porque los éxitos del equipo en su conjunto también forman parte de tus logros profesionales.
¿Trabajas en equipo pero prefieres evitarlo? Abrirse a la posibilidad de aprender a colaborar con los demás también supone incrementar las opciones de empleabilidad.