Mujeres emprendedoras y empresarias hacen frente a una rutina muy exigente en la que, con frecuencia, parece no quedar espacio para el networking. Sin embargo, aunque haya algunas responsabilidades que son más urgentes a corto plazo, crear una red de contactos es un objetivo recomendable a largo plazo. Por este motivo, en Empresariados enumeramos siete beneficios del networking para mujeres emprendedoras.
1. Resiliencia: formar parte de una red profesional
La vida profesional de mujeres emprendedoras y empresarias atraviesa por profundos momentos de soledad. Más allá de los valores del individualismo y competitividad extrema, hay otros pilares que fomentan la colaboración y la comunicación. El networking incide directamente en la resiliencia a través del apoyo, la ayuda y el acompañamiento.
2. Desarrollo de habilidades comunicativas
Empresarias, emprendedoras y profesionales necesitan adquirir nuevas habilidades y competencias para afrontar los cambios que irrumpen con tanta velocidad en la sociedad actual. Pues bien, las habilidades que se integran en el campo de la comunicación son esenciales dentro del mundo de los negocios. Intervienen positivamente en la interacción con el equipo, clientes y proveedores.
También son esenciales en un proceso de negociación, en la resolución de conflictos o al hablar en público. Pues bien, cuando una persona cultiva el networking, también ejercita sus habilidades comunicativas.
3. Intercambio de información
Cada persona puede poner sus propias expectativas en el networking. Algunas alianzas derivan en una colaboración profesional entre quienes comparten valores, intereses en común y perfiles complementarios. Pero los beneficios del networking femenino van más allá de las oportunidades de trabajo que pueden derivarse de los vínculos que se cultivan a largo plazo.
También crea el contexto ideal para propiciar el intercambio de información en torno a cursos, nuevas tendencias sobre emprendimiento, eventos, normativa… Es decir, aunque una persona dedique tiempo a informarse sobre diferentes campos, el networking le aporta una buena dosis de retroalimentación.
4. Autoconfianza
La autoconfianza no depende del nivel de formación. De hecho, el síndrome del impostor también deja su huella en mujeres emprendedoras con una excelente formación y una amplia trayectoria laboral. No siempre es fácil encontrar un entorno que nutre de forma positiva la autoestima profesional, la seguridad y la confianza en una misma.
Pues bien, la autoconfianza se fortalece a través de iniciativas que se vinculan directamente con el valor de la acción, el compromiso personal y la proactividad. Por ello, la asistencia a eventos de networking, la actualización de la red de contactos y el intercambio de información son tan importantes para mujeres emprendedoras y empresarias que mejoran su comunicación verbal, corporal y online.
5. Generar cambios positivos en la sociedad
El networking femenino, más allá de su impacto directo en la vida de aquellas mujeres emprendedoras y empresarias que se implican en la creación de una red de contactos, puede generar un avance social en el plano de la igualdad de oportunidades, la protección de los derechos y el apoyo al talento femenino.
6. Autoliderazgo
Es importante que emprendedoras, empresarias y directivas desarrollen su capacidad de liderazgo en sus respectivas responsabilidades. Sin embargo, también es esencial que desarrollen su propio potencial por medio de un autoliderazgo que muestra la capacidad de alinear objetivos, valores, decisiones y acciones. El mundo del networking ofrece muchas posibilidades de crecimiento, colaboración y aprendizaje.
7. Innovación: clave para romper la zona de confort
Aunque el cambio es una variable continua en el emprendimiento, existe el riesgo de que una persona tienda a permanecer en su zona de confort, allí donde se siente más cómoda. Pero la práctica del networking es una invitación para romper con los límites del área de comodidad a través de un comportamiento proactivo y creativo.