Una empresa no sólo tiene que poner una atención especial en la productividad y en el rendimiento, sino en muchos otros aspectos que a veces, no se tienen tan en cuenta. En primer lugar, se debe mejorar la imagen ante los clientes. Pero para ello, previamente, se debe fortalecer la autoestima de los trabajadores para que se sientan bien realizando su labor y poder ser felices. No hay nada que pueda atraer más a un cliente que el hecho de ver a un trabajador que irradia bienestar y alegría. La autoestima se fortalece a través de la motivación, la comunicación y la formación.
Por otra parte, también se debe potenciar las habilidades directivas en los jefes. Existen grandes problemas de comunicación en muchas empresas porque todavía existen casos de personas que tienen un concepto equivocado de la autoridad en base al temor y al miedo. En realidad, es mejor influir de una forma positiva. Para ello, se trata de poner en práctica la inteligencia emocional de escuchar las necesidades de los demás.
Además, también es estimulante para un trabajador que forma parte de una empresa, poder alcanzar metas a nivel individual. Más allá de trabajar en equipo siempre existe un amor propio en todo empleado. La confianza también se refuerza en los trabajadores cuando se delega en ellos y se les da la oportunidad de tomar decisiones en base a su puesto de trabajo. El jefe paternalista nunca permite este paso porque no quiere perder el control.
Por supuesto, una empresa no debe descuidar la seguridad de los datos que son confidenciales ni tampoco, el aspecto económico para que las finanzas sean solventes. De esta forma, lo mejor es tener un gestor que se encargue de toda la contabilidad. Una empresa tampoco debe descuidar el ambiente general que se respira en la oficina.