El plano de las relaciones personales no sólo queda reducido a tu ámbito privado sino también, al trabajo. Por ello, conviene poner en práctica estos sencillos consejos para poder tejer una red de relaciones laborales gratificantes a tu alrededor. En primer lugar, ten la actitud adecuada. Es decir, evita quejarte por todo o criticar a todo el mundo. Esta tendencia es, especialmente habitual cuando un trabajador está insatisfecho con su empleo.
Por otra parte, sé tu mismo. En el plano laboral, muchas personas se ponen máscaras artificiales para protegerse de peligros que en realidad, no existen. Merece la pena ser auténtico, simplemente, porque así también eres más feliz. Tienes más ilusión por la vida y por ir a la oficina ya que incluso, es posible conocer amigos en el entorno laboral.
Disfruta del momento presente sin obsesionarte por el futuro. Aprende a convivir con la inestabilidad del mercado laboral actual. Sé simpático con los compañeros y con el jefe: para ello, interésate por cómo están, llama a todas las personas por su nombre, sonríe, mira a los ojos cuando hables… Sé también empático.
Cuida mucho tus palabras en base a cada ocasión. Intenta tener gestos personales con el trabajo, por ejemplo, puedes llevar a la oficina una caja de pastas o de pasteles en el día del cumpleaños. Disfruta con aquello que haces y de una forma directa, así también vas a disfrutar mucho más en las relaciones sociales porque te sientes mejor con tus compañeros de trabajo.
Pretender ir al trabajo y descuidar las relaciones personales es un gran error. Simplemente, porque es imposible aparcar la parte relacional que hay en la empresa donde tienes que relacionarte con cada trabajador de igual a igual: con respeto y buenos modales. ¿Cuál crees que es el secreto para tener buenas relaciones laborales en la empresa?