El estrés es uno de los grandes problemas de los trabajadores de nuestro tiempo, sencillamente, porque muchos trabajadores conviven con este malestar emocional en momentos puntuales. El estrés en ocasiones, consigue sacar lo mejor de ti mismo, y en otras ocasiones, lo peor. ¿Qué tipo de situaciones estresantes se producen en la rutina diaria de la empresa?
Sin duda, uno de los momentos más estresantes de la jornada laboral es cuando el jefe te dice que quiere hablar contigo en su despacho de forma urgente. En este tipo de situaciones, la mente se pone en los peor, sencillamente, porque estamos más acostumbrados a la crítica que al elogio. Sin embargo, debes intentar parar tu mente, tranquilizarte y comportarte como un adulto. Es decir, escuchar para saber qué te quiere decir.
Por otro lado, los trabajadores también sienten estrés cuando se ven desbordados por las obligaciones, el exceso de responsabilidades y de trabajo. Tienen la sensación de no poder dar más de sí, de estar al límite. En este caso, el exceso de presión resulta poco positivo desde un punto de vista emocional.
Los cambios de última hora también generan mucho estrés. En este caso, la adaptación al cambio es uno de los requisitos más positivos para trabajar en la empresa y estar bien con uno mismo. De forma curiosa, el regreso de las vacaciones estivales supone un plus de estrés extra para cualquier trabajador que tiene que romper de forma radical con el paraíso estival y empezar a retomar el ritmo de la rutina cuanto antes.
Los conflictos laborales, la tensión por los resultados negativos en la empresa también suponen un punto extra de estrés para todos aquellos trabajadores que conviven en un clima hostil y adverso. De esta forma, muchos trabajadores, más que controlar el estrés, lo que hacen es sobrevivir al mismo.