Antes de iniciar un proceso de coaching es muy importante no tener falsas expectativas: el coach no te va a conseguir un trabajo, por tanto, conviene tener las cosas muy claras desde el principio. Sin embargo, un coach sí puede ser un guía muy positivo para un proceso de cambio en el plano laboral.
Cuándo hacer un proceso de coaching
En la crisis económica actual, existen muchas personas desorientadas que no saben hacia dónde dirigir sus pasos porque tienen que reinventarse a sí mismas. Un proceso de coaching se convierte en una forma de explorar nuevos caminos muy acertada para abrir nuevas puertas a través de la introspección y el autoconocimiento: ¿Qué quieres hacer a partir de ahora en tu futuro profesional? ¿Cómo te ves a ti mismo dentro de un año?
El coaching te ayuda a buscar nuevas alternativas después de un despido laboral. Uno de los problemas de un despido es que el desempleado puede tener la visión en forma de túnel, es decir, ve todo con oscuridad. El proceso de coaching es eficaz para buscar nuevas opciones y recuperar la perspectiva.
Eres tú quien tienes el poder sobre tu vida y quien decide qué quiere hacer. Pero existen situaciones más positivas en las que el coaching también es eficaz: por ejemplo, cuando quieres cambiar de empresa o cuando quieres tener un ascenso.
Sentirte libre para hablar
¿Por qué es tan enriquecedor hacer un proceso de coaching? Porque es muy gratificante tener un entorno tan propicio para hablar de uno mismo y para pensar con calma y tranquilidad. En un proceso de coaching eficaz existe una confianza plena y absoluta en la profesionalidad del coach, por tanto, el coachee se siente como si estuviera frente a un espejo.