Ser tímido no es un problema en sí mismo siempre que dicha timidez no conduce a la persona a encerrarse en su caparazón, en ese terreno seguro y conocido. La timidez tiene que ser un estímulo para superar esa barrera de una forma consciente, de lo contrario, la persona que es tímida se cierra muchas puertas a nivel laboral.
Situaciones de dificultad
Existen situaciones que de por sí, suponen un reto para cualquier trabajador pero todavía más para alguien tímido porque gasta mucha más energía en superar situaciones en las que tiene que exponerse de una forma más evidente ante el otro. Existen situaciones de estrés añadido como por ejemplo, una entrevista de trabajo, una exposición en público o el primer día de trabajo en una empresa. El primer paso para convivir con la timidez es aceptarla como algo natural y afrontarla de una forma consciente.
Por ejemplo, no te encierres en tu timidez en una reunión de trabajo y oblígate a ti mismo a tomar el turno de la palabra ya sea para hacer alguna pregunta o dar alguna idea. Para sentirte más cómodo en cualquier evento profesional, es importante que llegues puntual a la cita para sentirte cómodo contigo mismo.
La timidez en el plano profesional puede derivar en sentimiento de inferioridad. Para evitar esta sensación equivocada, es importante que veas el lado positivo de la timidez. Te permite tener un alto grado de introspección por lo que puedes conocerte muy bien a ti mismo, las personas tímidas son observadoras y la observación es un método de aprendizaje básico en la empresa.
Cómo superar la timidez
La timidez no es algo exclusivo del ámbito laboral, por tanto, puedes entrenarte para superarla en situaciones de tu vida cotidiana. Toma la iniciativa a la hora de hacer solo ciertos planes. Por ejemplo, ir al cine, entrar en una cafetería, acudir a una conferencia…
Es fundamental que te expongas a situaciones nuevas para salir de tu área de confort y del terreno conocido. Una forma de superar la timidez a nivel laboral es entregar el currículum en persona en las empresas. Del mismo modo, si mandas tu currículum por correo electrónico, puedes obligarte a ti mismo a llamar por teléfono diez días después para preguntar si lo hasn recibido.
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La timidez se rompe a base de afrontarla. Por tanto, es el propio vivir el que te hace ser consciente de todas tus posibilidades.