En el trabajo diario en la empresa, existen dos tipos de sueldo. Por una parte, el económico y por otro, el emocional. Mientras que muchas personas se plantean la posibilidad de pedir un aumento de sueldo cuando llevan un tiempo trabajando en la empresa, son muchas las personas que descuidan el papel del salario emocional que representa la motivación y las caricias positivas. Tienes un buen salario emocional si te sientes valorado, reconocido y respetado por tu jefe y por tus compañeros. En cambio, cuando solo te sientes un número, no cuentas con una buena compensación emocional.
Cómo mejorar tu sueldo emocional
Son muchas las personas que guardan sus propias insatisfacciones y frustraciones sin dar nunca el paso de contarlas. Lo cierto es que la comunicación te ayuda a sentirte mejor contigo mismo. Por ello, puedes dar el paso de plantear a tu jefe, algunas de esas quejas.
Solo así sabrás si es una persona capaz de escuchar y tener en cuenta otras ideas, o se cierra de entrada a cualquier punto de vista externo. Pero hasta que no lo intentes, no podrás saber de verdad cómo reacciona. Para mejorar tu salario emocional en la empresa es importante que tú seas persona antes que trabajador. Es decir, que no pierdas de vista tu parte humana en la oficina y que no te dejes arrastrar por la fiebre de datos y cifras tan propia de la empresa.
Qué puedes hacer tú
Piensa en qué puedes hacer tú por tu parte, para mejorar tu salario emocional. Puedes hacer cursos de formación para estar activo y renovar tus ideas. También puedes tener gestos positivos para estar más integrado en tu equipo de trabajo. Por ejemplo, felicitar los méritos de terceros. Ser uno más en la hora del descanso. Si no te apetece ir todos los días con los compañeros a tomar el café, sí es óptimo que vayas aunque sea dos días.
Celebra tus logros profesionales, prémiate a ti mismo, hazte un regalo, aprende a saborear los placeres del éxito cotidiano en los pequeños detalles.