Que las cosas sean de un modo no significa que así deban ser siempre, es decir, que se puede cambiar y mejorar una situación social. Pues bien, en el entorno empresarial, muchas personas arrastran un gran sufrimiento por problemas de estrés, mal ambiente en la oficina, soledad, tristeza, falta de comunicación con el jefe o los compañeros de trabajo, problemas de autoestima…
En este sentido, la obsesión por el rendimiento y la productividad puede llevar a la deshumanización de las personas. Es decir, muchos trabajadores se sienten un miembro más dentro de la cadena de trabajo. Sin embargo, ningún trabajador debería sentirse así, esta es una de las razones por las que un jefe debe de tomarse la molestia de conocer a las personas que trabajan en su empresa.
Por otra parte, crear un clima humano de trabajo potencia la felicidad de todas las personas que cada lunes empiezan una jornada laboral. Este mapa es muy ideal teniendo en cuenta que muchas personas están deseando cambiarse de trabajo o que no soportan el aburrimiento que sienten en su puesto.
Pues bien, la empresa ideal es aquella en la que los trabajadores se sienten bien, y dicha motivación no parte de un sueldo extraordinario sino de estar en un entorno en el que se potencia la confianza. Recientemente, se ha realizado un estudio en relación con las profesiones más felices del mundo y en el ranking de los diez primeros puestos aparecen trabajos como el de sacerdote, el de bombero o el de maestro. Es decir, trabajos que están ligados con unos ideales. El jefe es quien debe iniciar el proceso de cambio dentro de una empresa. Es decir, dicho cambio es posible aunque evidentemente, implica un esfuerzo y un proceso. Cualquier cambio debe de ser gradual para poder ser real y también creíble.