La actitud que adoptas en la vida ante las circunstancias externas muchas veces, es la clave del éxito o del fracaso en una acción. La actitud que adoptas en una entrevista de trabajo es vital. Por ello, nunca te comportes como si te jugases toda tu vida a una sola carta, porque de vivir así, es normal que sientas una presión extrema ante el miedo a que te rechacen en el proceso. Es mucho mejor pensar en positivo y darte cuenta de que siempre tienes algo que ganar. Si te relejas, eres tú mismo y haces las cosas bien, aunque no seas el candidato elegido, puede que guarden tu currículum para futuras colaboraciones. Las puertas no siempre se abren de par en par en un primer momento, pero sí quedan caminos abiertos que son la fuente de tu crecimiento.
Es importante aprender a relativizar una entrevista de trabajo pero sin llegar al punto de no darle valor a esta prueba. Es decir, los días previos intenta concentrarte en preparar muy bien la entrevista, buscando información sobre la empresa, pensando en la ropa que te quieres poner ese día (de no tener un conjunto apropiado puede ser un buen momento para ir de compras), pensando en las dudas que quieres resolver con el seleccionador…
Para tener una actitud adecuada en una entrevista de trabajo, en los momentos previos, visualízate a ti mismo en otros entornos en los que de verdad te sientes muy bien, muy seguro y confiado. A través de la mente es posible contactar con otras experiencias de éxito que has tenido en tu vida y que te reportan una buena autoestima.
Sin caer en un rol artificial, intenta modelar las virtudes de una persona a la que admiras de verdad. Por ejemplo, piensa en alguien que tiene mucha seguridad en sí mismo y que tiene éxito en su profesión.