Consejos para desconectar en las vacaciones


A muchas personas les cuesta desconectar del trabajo durante las vacaciones de verano. Y es que alrededor del 36% de los trabajadores reconoce que piensa en el trabajo durante su tiempo de descanso estival. Además, un dato importante es que cada vez a más personas les cuenta hacer esa desconexión, necesitando más de una semana e, incluso, quince días, para olvidarse de los quehaceres y descansar y disfrutar de las vacaciones. Un proceso que puede agilizarse siguiendo una serie de consejos.

El primero de ellos es intentar ponerse límites a uno mismo y a otros, tratando de organizar y realizar durante las vacaciones actividades pero sin tener una agenda agotadora porque, en este caso, lo único que se hace es modificar el tipo de compromisos que se adoptan pero no el esfuerzo que se tiene que hacer y, en lugar de darle al cuerpo y a la mente un tiempo de descanso, se estará aumentando el estrés y el cansancio derivado de tener una agenda repleta de compromisos aunque sean estivales.

Otro consejo fundamental es buscar actividades que sean placenteras y que generen satisfacción personal, ya que este tipo de acciones suelen ser con frecuencia un vehículo de descarga tensional. Entre las más recomendables, por ejemplo, se hallan las actividades físicas o sociales o bien juegos mentales o de ingenio, entre otras posibilidades.

Igualmente importante es cuidar la alimentación que debe ser equilibrada, pero también combinándola con algunos placeres gastronómicos y con la ingesta de alimentos diferentes y que gusten o tengan un sabor agradable, ya que así también se pueden disminuir los niveles de ansiedad.

Fundamental es ser consciente de que el cuerpo necesita un tiempo para adaptarse a los cambios tanto de clima como de alimentación y también de agua, siendo además conveniente que no se hagan cambios radicales de un día para otro porque tampoco se ayudará a que el cuerpo y el organismo pueda recuperarse y descansar durante las vacaciones, consiguiendo el efecto contrario ya que con los cambios radicales y rápidos se aumenta el estrés y la ansiedad.

Finalmente, hay que intentar que el último día de trabajo sea tranquilo, no dejando todos los asuntos para el final y estar ese día agobiados por no poder terminar o por tratar de finalizarlos a tiempo antes de irse de la oficina o del centro de trabajo. Y, por supuesto, hay que pensar que las funciones laborales que se realizan pueden ser desarrolladas por otras personas de igual manera. De este modo, hay que evitar pensar frases que no ayudan a desconectar durante las vacaciones como “nadie lo hará mejor ni más rápido que yo”.

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