En la medida en que una persona se forma en coaching también tiene más posibilidades de poder aplicar sus conocimientos sobre su propia persona. De hecho, antes de ser coach, en la mayoría de escuelas de coaching se aconseja como requisito que el futuro coach previamente se someta a un proceso de coaching para poder mejorar, superar barreras y crecer. Por ello, a nivel laboral, ser tu propio coach te aporta grandes beneficios. El más importante, que puedes aprender a descubrir cuáles son tus potencialidades.
En primer lugar, identifica cuáles son tus necesidades y las limitaciones. que tienes. Acto seguido desarrolla un plan de tus fortalezas porque el coaching siempre plantea la evolución de una persona en positivo. Responde a la siguiente pregunta: ¿Cuál es tu verdadera vocación? Dedica todo el tiempo que necesites para pensar en la respuesta, puede incluso que necesites días o semanas para saber qué es lo que de verdad te gusta. Busca entornos que te den paz para pensar. Por ejemplo, puedes dar un paseo por un entorno natural porque la naturaleza es una fuente de inspiración emocional.
Tómate tu presente como una forma de aprendizaje lúdica. Aprende a disfrutar de aquello que haces dejando de pensar en resultados para dar valor a la intención. Lo que de verdad cuenta es el primer paso. Pide a cinco amigos que te digan cinco cualidades tuyas a nivel profesional. Es mejor que escriban dichas virtudes en un folio y luego te las den. Así podrás conocer mejor la imagen que trasmites ante los demás. Cómprate una agenda, realiza una buena planificación de tu rutina diaria y aprovecha el tiempo.
Responde a las siguientes preguntas: ¿De no haber estudiado la carrrera que hiciste en el pasado, qué otra alternativa te hubiese gustado tomar? ¿Qué hubiese cambiado en tu vida de haber tomado otro camino? ¿Cómo puedes conectar desde el presente con ese deseo?