De un modo habitual se utiliza el concepto de jubilación anticipada y prejubilación como términos sinónimos cuando en realidad, son diferentes por significado en el contexo laboral. Ambos conceptos sí tienen algo en común: la vida laboral de ese trabajador sufre un punto de inflexión a partir de ese momento.
Qué es la prejuibilación
En algunas ocasiones, la empresa puede llegar a un acuerdo con el trabajador que percibe una cuantía económica determinada hasta estar oficialmente jubilado. Por tanto, en este tipo de caso, el trabajador consta como dado de alta en la Seguridad Social. En este tipo de caso que se da con mayor frecuencia cuando los trabajadores tienen a partir de 50 años, los profesionales que entran a formar parte de este tipo de convenio se retiran de un modo paulatino de la vida laboral. Disfrutando de unos beneficios por ello.
Qué es la jubilación anticipada
Este tipo de jubilación está regulada por la Seguridad Social. El trabajador debe cumplir algunas condiciones para poder optar a ella. Por ejemplo, debe tener un mínimo de 61 años y tener una vida laboral cotizada de un mínimo de 33 años. En este tipo de caso, el profesional que recibe la jubilación anticipada cobra su pensión mensual.
Sin embargo, pueden darse circunstancias que deriven en la jubilación anticipada. Por ejemplo, puede ser voluntaria, motivada por una decisión individual. O forzosa, es decir, producida por circunstancias externas, por ejemplo, el cierre de la empresa por causas económicas.
Algunas personas consideran que prefieren finalizar antes su etapa laboral para disfrutar de su vida personal. Gozando de una calidad de vida para realizar aquellas actividades a las que no se ha podido dedicar tanto tiempo por motivos de trabajo. Esta decisión tiene también algunas consecuencias económicas, por ejemplo, las deducciones correspondientes que se aplican en la pensión.