El control emocional en un contexto profesional


La imagen que una persona transmite en el trabajo puede ser todavía más importante y más determinante que aquella que transmite en su vida personal. Las relaciones que se establecen en el trabajo están marcadas por la finalidad común de formar parte de una empresa junto con otro grupo de personas. No siempre es fácil controlar las emociones en el trabajo, por ejemplo, existen personas que no han podido reprimir las lágrimas al recibir una bronca por parte de su jefe. Se trata de personas que pueden ser muy sensibles y dan mucha importancia a todos los detalles.

En esencia, sobrevivir al mercado laboral actual te obliga a fortalecerte a nivel emocional para poder estar ahí, sin poner en juego tu felicidad. En el camino, se encuentran obstáculos y personas que no siempre son valiosas. Para tener un buen control a nivel emocional en el trabajo intenta centrarte precisamente en todo lo bueno que te reporta dicho empleo y en las personas que sí te dan seguridad. Lo importante es que encuentres tu lugar en la empresa, un lugar en el que te sientes cómodo, e intentes ajustarte a ese rol porque eso es lo que otras personas esperan de ti. El mejor lugar para ti en el sistema influye en beneficio de todos los demás.

Para controlar las emociones en el trabajo, por ejemplo, las ganas de llorar en una discusión que te desborda, centra tu mirada en un punto del techo y pon una postura física rígida con la espalda recta. A través de este sencillo gesto, podrás desconectar de esa emoción que te desborda para poder centrarte en la conversación presente.

Por otro lado, nunca pierdas las formas en una discusión, piensa que no te puedes permitir ese tipo de privilegios en el trabajo donde las relaciones son profesionales más que personales. Es decir, no estás con un amigo a quien luego puedes pedirle perdón.

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