A nivel emocional, el estrés puede vivirse como una amenaza. De hecho, así sucede cuando se producen elevados niveles de ansiedad. Sin embargo, en su justa medida y ante una causa concreta y objetiva, sentir cierto nivel de nervios es positivo. De hecho, implica tener una clara conciencia de la responsabilidad y de querer hacer las cosas muy bien.
Por ejemplo, una persona que debe preparar una ponencia para hablar en público en un auditorio delante de mucha gente, los días previos tendrá cierta inquietud. Y dicha inquietud es la que le motiva para prepararse su conferencia mejor, para ensayar el discurso, corregir el texto, pedir opinión a otra persona…
Del mismo modo, esa sensación de presión justa y positiva, es la que hace que una persona que está preparando una oposición, no se deje llevar por la pereza. Igual que sucede en el ámbito personal, que resulta imposible no sufrir por un desamor, en el ámbito laboral, tampoco es posible sentir indiferencia respecto de un proyecto que de verdad te interesa. Por ello, el estrés positivo es aquel que también muestra interés y un grado de implicación por parte de la persona.
El estrés positivo es aquel que una vez que ya se ha superado el obstáculo que lo causa, desaparece por completo. En ese momento, te sientes muy satisfecho de ti mismo y lo que haces, es disfrutar y valorar tus logros.
Por otro lado, una entrevista de trabajo también puede causar cierto nivel de nerviosismo. Pero se trata de un proceso normal. De hecho, el ser humano adquiere nuevas competencias emocionales en la medida que se expone a situaciones que le hacen salir de su rutina y de la comodidad. El estrés se convierte en negativo cuando se vive de una forma crónica y constante a lo largo de los días.
Hola Maite. siempre había pensado que el estrés es algo negativo pero gracias a tu interesante post aprendo que también puede ser positivo y porqué. puede ser estimulante para hacer las cosas bien especialmente si se tiene una responsabilidad importante a nivel laboral o incluso personal. al final vale aquello de que todo en su justa medida. un abrazo, pablo