El proceso emocional de la búsqueda activa de empleo


Detrás de un proceso de búsqueda activa de empleo existe mucho más, que esfuerzo y organización del tiempo para enviar currículums. La verdadera lucha de un desempleado no está ahí fuera, sino dentro de uno mismo, es decir, el mundo emocional de una persona que está sin trabajo pesa mucho en su progreso.

Lo natural es que alguien que está en desempleo y todavía más, cuando se trata de un parado de larga duración, atraviese etapas de una desesperanza total, se sienta vacío, inválido a nivel social, hasta el punto de llegar a dudar de sí mismo y de su propia capacidad por hacer las cosas.

El voluntariado no es una solución permanente

El voluntariado es un remedio terapéutico aconsejado con muy buen criterio por algunos expertos como una forma de tener una red social, poder hacer una función importante porque el voluntario se siente valioso y reconocido de verdad gracias a esa función que realiza con ilusión.

Sin embargo, el voluntariado no es algo que solo puedan realizar personas que están en desempleo sino también, trabajadores. Por ello, un desempleado a la larga, no puede cubrir con el voluntariado sus carencias emocionales puesto que una persona necesita trabajar para vivir. En este sentido, conviene también precisar hasta qué punto existen entidades que están subsistiendo únicamente gracias a personal voluntario, cuando es tan importante generar empleo.

La pérdida de esperanza

La pérdida de esperanza es la mayor enemiga de quien ya no sabe a qué puerta llamar, ni dónde acudir. La pérdida de esperanza es una piedra pesada para quien se levanta una mañana tras otra, sin saber, exactamente, qué hacer. Para poner remedio a la tristeza de empezar el día, puede ser adecuado hacer cursos para desempleados en horario de mañana. Por positiva que sea una persona, es difícil que sea feliz cuando las preocupaciones económicas le agobian. Como explica Maslow, es fundamental tener las necesidades básicas cubiertas.

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