El síndrome del eterno finalista en los procesos de selección


Buscar trabajo es una carrera de fondo en donde quien llega a la meta es el candidato que tiene la capacidad de levantarse una y mil veces después de una caída. La sensación de haber llegado al final en varios proceso de selección quedando a las puertas del anhelado empleo es muy actual (por la alta competencia) y muy frustrante al mismo tiempo. ¿Cómo evitar el síndrome del eterno finalista?

Cambia tu perspectiva

Cambia tu perspectiva. En vez de pensar que te has quedado a las puertas, lo que refleja una lectura negativa de los hechos, piensa en todo el proceso que has superado y en todo el aprendizaje que tienes a tus espaldas. Solo se aprende a hacer bien entrevistas de trabajo a través de la experiencia.

Analiza cuáles son tus posibles aciertos para mantenerlos y profundiza también, en cuáles son tus posibles errores para corregirlos.

Ten humildad

Que seas un candidato con una formación excelente no significa que seas el mejor para ese puesto. Existen otras muchas cualidades que a nivel de inteligencia emocional se valoran dentro de una empresa: humildad, compañerismo, espíritu proactivo, comunicación asertiva… No des nada por supuesto y no infravalores a tus rivales.

Cómo afrontar la última entrevista

La empresa suele informar al candidato sobre la fase en la que se encuentra dentro del proceso de selección. En una última entrevista tienes que prepararte a conciencia y darlo todo. Descansa muy bien la noche anterior. No hagas preguntas más allá de aquello que de verdad tiene que ver contigo y con tu situación. Por ejemplo, no te intereses por saber cuántas personas están en tu misma fase. Céntrate en ti, sé tú mismo. Responde a las preguntas con naturalidad encontrando el equilibrio para no dar respuestas ni muy generales, ni demasaido concretas (evita los monosílabos).

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