En la búsqueda de trabajo existen errores que muestran una baja madurez emocional y siempre tienen un precio y es que, especialmente, cierran puertas. Por ejemplo, a la hora de repartir el currículum en mano a las empresas, puede ser una buena idea que de vez en cuando, otra persona te acompañe dando un paseo en el recorrido. Sin embargo, nunca es una buena idea que el acompañante también entre a la empresa contigo y esté ahí en el momento en el que te presentas y entregas el currículum. Es importante vender una imagen de independencia, madurez y autonomía. Entregar un currículum no es como ir a hacer un recado en compañía, por ello, conviene dar este paso siempre en solitario.
Por otra parte, claro que puede ser una buena idea que pidas a alguien que te conoce y con quien tienes confianza, que agradecerías que te recomendase en una empresa si tiene la oportunidad. Pero este gesto se debe de pedir con humildad, asumiendo que está en la libertad del otro el hacerlo o no. Es decir, no se trata de poner al otro en el compromiso incómodo sino de informarle de tu situación y de tu interés real por buscar trabajo. Por ello, no pongas unas expectativas desmedidas en los demás, sino en ti mismo puesto que está en tu mano encontrar un empleo por tus propios medios.
Otro error que muestra una baja inteligencia emocional es mandar un correo electrónico con el currículum de una fomra general a una emplia lista de contactos de empresas. Si de verdad tienes un interés real, piensa que eso tiene que mostrarse en algo tan sencillo como la personalidad que le das al mensaje. Y para que el mensaje sea personalizado, es indispensable tener en cuenta al destinatario.