La dinámica de grupo aplicada puede ser utilizada en diferentes contextos. Dos de los más importantes: en el ámbito formativo y también, en el ámbito laboral dentro del proceso de selección de una empresa. Se trata de ejercicios que tienen una finalidad vivencial y situacional. Es decir, los participantes deben realizar el ejercicio hipotético de posicionarse en un contexto determinado y comportarse como si realmente se diese esa situación. A través de este tipo de pruebas, el orientador tiene la capacidad de observar el comportamiento de cada uno de los integrantes cuando se desenvuelven en un grupo. Una prueba muy valiosa teniendo en cuenta que una de las competencias más valoradas por las empresas es el trabajo en equipo.
Qué es un equipo
Un equipo está formado por un grupo de personas que forman parte de un mismo proyecto, trabajan por un fin común y sus funciones se complementan a la perfección. Desde este punto de vista, uno de los principios esenciales para el correcto funcionamiento de un equipo es que el líder haya informado a cada uno de los integrantes sobre cuáles son sus tareas a realizar.
Cómo hacer una dinámica de grupo aplicada
En primer lugar, presta mucha atención a la información aportada por el guía de dicha prueba en relación con las indicaciones que tenéis que llevar a cabo. Ante cualquier posible duda o aspecto que te gustaría comentar, pregunta tu duda con naturalidad. En una dinámica de este tipo es importante buscar el equilibrio en la interacción con los compañeros para no monopolizar el turno de palabra: piensa en lo positivo que tú puedes aportar a ese equipo, de acuerdo a la experiencia que has tenido en otros ámbitos.
Es importante no mirar a los demás participantes como rivales sino como compañeros. De este modo, también se produce una mayor empatía que te ayuda a estar más cómodo.