El estrés cada vez afecta a más trabajadores. La situación de inestabilidad en el empleo o bien tener que asumir más funciones por la reducción de plantilla son algunas de las causas que están contribuyendo al aumento de sus niveles en los empleados. Y, aunque hay estrés que es bueno, un nivel muy alto tiene consecuencias negativas para el trabajador y, en consecuencia, para la empresa en la que trabaja.
Un motivo por el que es muy importante detectar cuáles son las causas que lo generan para poner soluciones y evitar males mucho mayores.
Principales causas
Las causas del estrés son muy variadas. Además, hay que tener en cuenta que no todas las personas tienen la misma resistencia por lo que un individuo puede experimentar un alto nivel de estrés en una situación que a otro trabajador no le afectaría o no, al menos, en esa misma medida.
No obstante, se pueden establecer una serie de causas que son las principalmente detectadas. Dentro de ellas, uno de los primeros motivos es tanto la falta como el exceso de trabajo que puede tener un empleado. Asimismo, encabeza el ranking la inestabilidad en el empleo.
Otra causa importante es no disponer del tiempo adecuado para completar el trabajo satisfactoriamente ya sea por el nivel de exigencia de uno mismo o por el que marca la empresa o el cliente. Y, por supuesto, el temor a que un error por pequeño que sea tenga consecuencias muy serias.
Otras situaciones que generan estrés son todas aquellas en las que hay que efectuar un trabajo para el que no se ha dado una descripción clara y se tienen dudas para abordarlo o bien se tienen muchas responsabilidades pero poca autoridad o escasa capacidad para tomar decisiones.
El hecho de que no haya una descripción detallada de la cadena de mando igualmente puede contribuir a la aparición de estrés porque el empleado no sabe a quién debe dirigirse o quién es el responsable. Una situación que suele ir unida a la imposibilidad de poder exponer quejas, el malestar o la inquietud que tenga el empleado.
También generan estrés la falta de reconocimiento por un buen rendimiento laboral o tener condiciones de trabajo desagradables o muy peligrosas. Otras posibles causas son la exposición a situaciones violentas o de amenazas, así como a aquellas relacionadas con prejuicios sobre la raza, el sexo o la edad, entre otros.