Existen distintos tipos de inteligencia. Si en los últimos años destaca el auge de la inteligencia emocional en el ámbito empresarial, también es fundamental la inteligencia competitiva. El emprendedor es consciente de que no está solo en el mercado sino que compite con otros proyectos similares. Por ello, la observación ayuda a obtener información sobre el método de trabajo aplicado por una empresa de la competencia.
Definición de inteligencia competitiva
La inteligencia competitiva remite al proceso mediante el que las organizaciones aplican sobre sí mismas información que han recopilado a través de observación en una empresa de la competencia, ya sean datos vinculados con los productos, los clientes o el marketing.
Las nuevas tecnologías, en concreto, internet ha producido una auténtica revolución en el ámbito de la inteligencia competitiva porque cada vez es más fácil poder estar informado de qué hace el rival. Esto tiene un punto positivo pero también negativo ya que las empresas son mucho más vulnerables en sus debilidades cuando salen a la luz.
La inteligencia competitiva aporta información sobre el comportamiento y la cultura de una empresa. Los aciertos de la competencia pueden ser un punto de inspiración para un emprendedor y los errores del otro una toma de conciencia para su evitación.
Para qué sirve la inteligencia competitiva
Esta observación puede ayudarte a tener sensación de control sobre cuál es tu punto de partida y cuál es tu situación en relación con los demás. Conocer el entorno te ayuda a posicionarte de una forma más efectiva. Desde un punto de vista formativo, la observación es una buena escuela de aprendizaje. La inteligencia competitiva también es muy valiosa para poder innovar en el ámbito empresarial. En un entorno cambiante como el actual, la inteligencia competitiva te permite trabajar con una clara visión de futuro.