Muchas personas tienen un inmueble que forma parte de una comunidad de vecinos. Por tanto, los distintos pisos se enmarcan en un mismo entorno. Los vecinos tienen la responsabilidad de tomar decisiones que influyen de forma positiva en el cuidado del edificio y, también, en la convivencia. Pues bien, existe una figura profesional que es muy valorada en la actualidad: el administrador de fincas.
¿De qué se ocupa un administrador de fincas?
Es un profesional externo al propio edificio que asesora a los propietarios de los pisos en la toma de diferentes decisiones. Desde el punto de vista económico, presenta un presupuesto detallado de los gastos anuales previstos para un nuevo periodo. Es decir, mantiene una comunicación frecuente con la comunidad. Su labor es esencial para llevar al día la contabilidad. Tramita los pagos correspondientes por los servicios contratados.
La vida en comunidad también puede estar condicionada por imprevistos que irrumpen de forma inesperada en el edificio. Por ejemplo, averías que requieren de una atención técnica. En ese caso, el administrador de fincas es una figura clave para resolver cuanto antes ese tipo de incidente. Puede ponerse en contacto con un profesional competente que lleve a cabo la reparación.
Experto en el campo legal y contable
Por otra parte, también conserva la documentación relativa a cada reunión de vecinos. De este modo, es posible hacer un seguimiento de las decisiones tomadas. Es un profesional que realiza una labor de mediación entre las personas. Es un perfil que une al grupo en torno a un objetivo común.
Y, por tanto, fortalece el diálogo, aclara cualquier duda o actúa para resolver un conflicto. Es un experto que tiene un amplio conocimiento desde el punto de vista técnico, financiero y legal. Tres apartados que implican directamente a una comunidad de vecinos que debe cumplir con sus compromisos y obligaciones. Una preparación que simplifica la gestión de cualquier trámite.