Hoy en día, las empresas pueden encontrar un gran potencial de talento cuando abren un proceso de selección para un puesto de trabajo. Con frecuencia, existen empleados sobrecualificados que realizan una labor concreta. Esta realidad también conduce a que haya candidatos que omiten cierta información en el currículum en función del puesto. ¿Cuáles son los riesgos de elegir un empleado sobrecualificado?
El mayor riesgo
Uno de los principales riesgos para la empresa es que considera que el candidato no tendrá un compromiso de futuro con el proyecto en tanto que abandonará el puesto cuando tenga una oportunidad mejor. Otra posible consecuencia de esta sobrecualificación es el aburrimiento que es consecuencia de la rutina laboral.
Sin embargo, conviene puntualizar que un empleado puede sentirse motivado para un puesto de trabajo aunque este empleo no cumpla al cien por cien con sus expectativas si valora bienes muy positivos en ese trabajo, por ejemplo, un buen clima laboral o un horario que potencia la conciliación. Las empresas no deben adoptar una actitud pasiva ante la sobrecualificación de los empleados y precisamente, deben de potenciar esas capacidades para que el trabajador se sienta mejor consigo mismo (lo que también va en beneficio de la empresa).
Cómo alcanzar este objetivo
Es importante ofrecer a los empleados la posibilidad de abordar proyectos de mayor envergadura conforme ganen experiencia práctica. Además, también es muy aconsejable dar autonomía a los empleados en su trabajo diario (aprender a delegar). La autonomía personal es importante porque los trabajadores se sienten más libres y con mayor creatividad. Por otra parte, más allá de la sobrecualificación, cualquier nuevo trabajo implica un aprendizaje, un proceso de adaptación y un ritmo para el que se necesitan aptitudes que van más allá del currículum. Potenciar la formación en la empresa es un modo de motivar a todos los empleados, más allá de su nivel de formación.