La frustración debe empezar a manejarse desde la más tierna infancia. Es decir, los padres, deben educar a sus hijos con límites y normas. Por ello, se debe aprender a decir: “No”. La vida también marca sus límites y pone sus barreras, de hecho, el mayor sufrimiento del ser humano surge de no aceptar las cosas tal y como son.
El hecho de que algo no sea como a ti te gusta, no significa que tengas que estar contento. Pero sí, que debes asumirlo cuanto antes. Una de las frustraciones que más cuesta superar es la laboral. En este sentido, muchos empresarios observan con tristeza que el nivel de éxito de su negocio no es el deseado. Del mismo modo, muchos trabajadores se sienten impotentes al no poder acceder a un empleo estable.
La frustración es una emoción real, y conviene liberarla y exteriorizarla. ¿Cómo? En primer lugar, a través de la comunicación, es decir, compartiendo sentimientos con alguien de confianza. Por otra parte, el ejercicio físico también es una buena fórmula de escape para liberar la tensión que produce la frustración. Al igual que un curso de risoterapia puede ser de gran ayuda.
Por otra parte, es bueno realizar un ejercicio de introspección a la hora de analizar las causas de dicha frustración. De este modo, cuando descubres los motivos que te han llevado a sentirte así, también te resulta más fácil comprenderte para buscar una solución. Además, es positivo cambiar la mentalidad para entender que un obstáculo te permite superarte a ti mismo y no quedarte estancado. Dicho afán de superación es el que necesita un negocio que está en constante expansión. Y también, esa constancia es la que necesitas como trabajador para permancer integrado en el sistema laboral actual.