El currículum vitae no es algo fijo e inamovible. En primer lugar, es vital que un currículum esté vivo y cada año puedas hacer modificaciones para actualizarlo con la realización de dos nuevos cursos de formación. Pero un currículum de un mismo candidato también cambia mucho dependiendo del puesto de empleo al que quieres optar.
La búsqueda de trabajo es un empleo en sí mismo precisamente, porque la consecución del objetivo requiere de mucho tiempo. Tienes que dedicarle tiempo al currículum, trabajarlo, releerlo y pensar en si existe coherencia entre el contenido del mensaje y el puesto de trabajo al que aspiras. De lo contrario, puede suceder que el seleccionador de recursos humanos no comprenda la iniciativa de un candidato.
Qué información poner
A lo largo de los años, un candidato ha realizado muchos cursos, tiene más experiencia laboral, ha podido realizar actividades como voluntario… Sin embargo, lo importante en un currículum no es ponerlo todo sino poner aquella información que aporta un valor añadido en relación con el trabajo al que quieres optar.
Esta es una de las razones por las que se recomienda que los candidatos que tienen estudios superiores tengan un doble currículum para optar, por una parte, a aquellos puestos de trabajo que entran dentro de su área de formación y, por otra parte, a esos puestos de menor nivel de especialización.
Piensa en el destinatario
Un currículum y una carta de presentación no sólo tienen que centrarse en el remitente de ese mensaje, de lo contrario, el gesto muestra mucha vanidad. En cualquier mensaje personal existe un receptor que interfiere en el proceso de comunicación. Por esta razón, a la hora de redactar tu currículum en función del puesto de trabajo al que quieres optar tienes que informarte sobre el tipo de empresa, qué hace y cuál es su misión.