El trabajo de comercial es uno de los más habituales en la crisis. Este trabajo puede llegar a incomodar a las personas que son muy tímidas. Sin embargo, merece la pena afrontar el reto de ser comercial como una escuela de aprendizaje de la que se puede aprender mucho de uno mismo, en relación con los demás.
Prepárate para el camino difícil
El trabajo de comercial no es sencillo porque a nadie le resulta cómodo llamar a puertas que no se abren. Y muchas de las que se abren, se cierran pronto. El trabajo de comercial requiere de un entrenamiento práctico, es decir, date tiempo a ti mismo para experimentar y asimilar información.
Vender no es manipular
Existen personas que tienen una noción negativa de la venta porque consideran que vender y manipular es lo mismo. Esto puede suceder cuando un comercial vende un producto en el que tiene poca fe. Sin embargo, cuando un comercial valora de verdad su trabajo y el producto que vende, entonces, negocia desde la convicción y el entusiasmo. Sin embargo, siempre debe primar el respeto a la decisión del cliente.
Empatía
Es importante tener empatía, ponerte en el lugar del otro te ayudará a minimizar tus propias decepciones en el trabajo. Pero también, te ayudará a entender las necesidades de los clientes. Dicha empatía puede partir del pensamiento positivo y del buen humor. Por ello, los comerciales deben realizar cursos sobre habilidades sociales, comunicación positiva y cómo hablar en público. La palabra es su gran arma de trabajo.
Constancia
En cualquier trabajo es importante ser constante pero en el trabajo de comercial y en tiempos de crisis, todavía más. Las tentaciones de tirar la toalla pueden ser altas, sin embargo, tienes que ser fuerte ante las negativas de los clientes, entendiendo que incluso cuando un cliente dice no, no queda descartado sino que sigue siendo un cliente potencial en el futuro.