Existe un motivo frecuente de insatisfacción laboral: una mala relación con un compañero de trabajo puede ser motivo suficiente para que el profesional sufra un deterioro progresivo en su motivación. No se trata tanto del hecho en sí mismo sino de la mala gestión de la situación la que produce este efecto negativo en el rendimiento profesional que puede conducir al síndrome del trabajador quemado. Existen distintos perfiles psicológicos y el rol de la persona que se queja de un modo frecuente es bastante habitual en los equipos de trabajo. ¿Cómo tratar con compañeros de trabajo difíciles?
Actitudes tóxicas
Una persona que se queja de un modo frecuente es aquella que busca a alguien que le escuche su discurso recurrente. En ese caso, hacer oídos sordos ante las quejas del otro y no entrar en el círculo negativo de darle consejos o compadecerle es un primer punto importante para potenciar la resiliencia personal.
La persona que se queja de un modo habitual tiende a contaminar el ambiente laboral magnificando hechos puntuales y convirtiendo hipótesis personales en verdades universales. Se trata de un tipo de pérfil psicológico muy dependiente ya que necesita sentirse escuchado de un modo recurrente.
¿Qué hacer con los compañeros de trabajo tóxicos?
En el caso concreto del perfil del «quejica constante» es muy importante no caer en el error de querer convencer a ese compañero de que su punto de vista es el equivocado. No gastes tu energía en querer mostrarle que no tiene la razón. Nadie cambia si no es por una motivación interna.
Limita tu trato con esa persona a las tareas profesionales puntuales que tenéis que llevar a cabo aceptando con naturalidad que no solo es que los compañeros de trabajo no tienen por qué ser amigos sino que además, también puede ocurrir que algún compañero no te caiga bien.